Comentario lunes 26 de Julio de 2010
Las críticas que habitualmente realizamos a las prácticas políticas del oficialismo no difieren hoy demasiado de las observaciones que debemos hacer de parte de la oposición.
Elisa Carrió criticó duramente a Ricardo Alfonsín por participar de un homenaje a Raúl Alfonsín junto a la Presidenta de la Nación y parte de su gabinete.
¿No es esto incoherente con reclamar diálogo y concordia?
¿O cuándo se reclama dialogar, es sólo para que desde el Gobierno se acepte lo que piden los opositores, sin discusión ni intercambio?
Ricardo Alfonsín fue a la ciudad natal de su padre e hizo lo que corresponde, sin sectarismos, como lógico hijo de su padre, como diputado nacional que es y como autoridad de la Cámara baja, desde donde el diálogo con las otras fuerzas debiera ser más habitual de lo que nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes políticos.
Esta crítica ha desatado una crisis en el Acuerdo Cívico y Social, fuerza que está abrumada por el internismo y la disputa por las candidaturas.
Cuando reclamamos madurez, se lo reclamamos a toda la dirigencia, sin excepción.
Con esta lógica de discusión e intolerancia, demuestran una vez más, la incapacidad que anticipan para gobernar.
Y la gente no es zonza, claramente, a la hora de votar.
¿Sabrán entenderlo esta vez?
