martes, 27 de abril de 2010

LAS COSAS COMO SON Nº 131

La irrupción de una patota durante la presentación del libro del periodista Gustavo Noriega en la Feria del Libro que se desarrolla en estos días, demuestra una vez más que la intolerancia de estos tiempos circula por senderos sumamente peligrosos.
No es producto de la casualidad, sino que es premeditado lo sucedido.
De la misma manera que la aparición de afiches anónimos -que ya comentamos la semana pasada- no son obra de una improvisación, sino todo lo contrario.
Ahora: ¿desde dónde se genera o motiva esos episodios?
¿Quién quiere que ese sea el tono que prevalezca en la coyuntura política, en vez del diálogo, el disenso dentro de la democracia y la aparición de voces que suenen diferentes, disidentes pero no autoritarias?
El tono de la disputa es peligroso: que se escuchen palabras como “idiota”, “garca” o “impresentable” nos aleja de la discusión propia de la vía democrática y nos hace pensar que estamos retrocediendo una vez más.
Y los tibios rechazos de los funcionarios nacionales a todas estas manifestaciones nos preocupan. Y nos obliga a decirles que ya es tiempo de reflexión, serenidad y tranquilidad.
Que es el terreno por el que queremos caminar la mayoría de los argentinos.