El mal uso de fármacos es un problema que se cobra en la Argentina unas 21.800 vidas por año, según un estudio realizado por la Universidad Maimónides y el Instituto Argentino de Atención Farmacéutica (Iadaf).
Del total de muertes, el 50% corresponde a la polifarmacia (tomar varios medicamentos simultáneamente); y un 30% corresponde a la automedicación.
El problema de la polifarmacia reside en que un medicamento puede inhibir o potenciar la acción de otro provocando serios trastornos. El problema de la automedicación no sólo pasa por la “inconciencia” de tomar un remedio sin la autorización de un profesional, sino que además muchas personas se los administran mal. Por ejemplo, toman una pastilla en ayunas o con alcohol.
La venta ilegal de fármacos aumenta los riesgos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Argentina tiene un 10% de remedios ilegales y ellos se venden en quioscos, supermercados, estaciones de servicio, gimnasios, Internet y hasta hoteles alojamiento.
La gravedad de esto reside en que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) quien hace el seguimiento de calidad, no tiene competencia sobre establecimientos que no estén habilitados por el Ministerio de Salud.
Entonces los medicamentos que podemos hallar en estos lugares pueden no contener su principio activo o incluso tener componentes incorrectos y tóxicos.
Los fármacos deben curar, no empeorarnos la salud. Para evitar riesgos, evitar su mezcla y la automedicación sin la autorización de un profesional y, fundamentalmente, no comprarlos en lugares no habilitados para tal fin.
Cecilia Crea