Esta semana se presentó el proyecto de ley de Servicios de comunicación audiovisual, es decir la propuesta de la actual gestión para reformar la vigente Ley de Radiodifusión.
Esta propuesta viene a poner en discusión una deuda pendiente de los 25 años de democracia, que sigue rigiendo los destinos de su comunicación con una norma firmada por Jorge Rafael Videla, Albano Harguindeguy y José Alfredo Martínez de Hoz.
Varias cuestiones nos interesan plantear al respecto:
- ¿este particular momento político es el adecuado para llevar adelante una discusión tan importante? La Presidenta habló de 90 días de debate, que además coinciden con lo que resta para la nueva fecha de elecciones nacionales.
- ¿por qué los supuestos sectores progresistas se asustan o sobresaltan con este proyecto y no miran su responsabilidad en que llevemos 25 años democráticos, sin haber impulsado seriamente el cambio de esta obsoleta ley?
- ¿por qué se insiste en plantear desde sectores importantes del actual Gobierno, que esto en el fondo es una pulseada de poder con el Grupo Clarín?
Este trabajo llamado Proyecto de Ley de Servicios de comunicación audiovisual es fruto de un muy serio e intenso trabajo de Gabriel Mariotto –actual interventor del COMFER- y su equipo. Perfectible, discutible pero responsable y dedicado.
Sería interesante que todos los actores políticos se despojaran de sus prejuicios y vieran esto como una importantísima oportunidad para llevar adelante un análisis profundo y no sólo limitado a un contrapunto entre Gobierno y Oposición.
Las organizaciones no gubernamentales, las radios comunitarias, sindicatos, cooperativas, entre otros, están por primera vez invitados a esta mesa. Y eso significa discutir, lidiar, contender, sin que necesariamente se tenga que imponer la idea del Gobierno, sin cambiarle una coma.
Estamos todos demasiado mal acostumbrados a comprender el exacto significado de la palabra Disenso.
Sería poco feliz que desperdiciáramos esta oportunidad, pues la Democracia tiene una deuda que es vital para su salud: la de modificar esta Ley de Radiodifusión vigente, desde los tiempos de la más atroz dictadura.
Pablo de León