De acuerdo con estadísticas oficiales, cada año mueren en Buenos Aires casi 1.000 personas por causas atribuibles a excesos en la noche, como accidentes, peleas y coma alcohólico. Lo asombroso es que son adolescentes y jóvenes quienes están cada vez más involucrados en estos excesos.
Por tal motivo, y con el fin de atacar los hábitos de consumo de alcohol en la juventud, el gobernador Daniel Scioli presentó un proyecto que busca restringir los horarios de locales nocturnos para toda la provincia de Buenos Aires.
La propuesta establece que los boliches bailables deberán cerrar sus puertas a las 5:30. Además, solamente se podrá ingresar a esos locales hasta la 1. Y también se prevee un horario tope para el cierre de las barras de todos los restaurantes, bares y pubs que tiene la provincia, a las 4:30.
La pregunta es ¿es esta la solución para que los chicos no cometan excesos con el alcohol? Creemos que no. Primero porque para que algo así funcione tendrían que establecerse reglas conjuntas entre provincia y capital, sino la gente se trasladará a los lugares que continúen abiertos en la ciudad de Buenos Aires. Segundo, no es una cuestión de horarios. Es preciso reforzar los controles a los comercios que venden bebidas alcohólicas, a los que hacen delivery. Es antes de salir a bares o boliches que los jóvenes consumen demasiado alcohol porque lo consiguen barato en supermercados y kioscos. Y por último, ¿qué pasa con los límites que ponen los padres? Realmente los ponen? En una sociedad que se ha vuelto tan permisiva como la nuestra, es fundamental que los padres refuercen su rol de educadores y abandonen un poco el de amigos o pares de sus hijos, para eso están los amigos.
Cecilia Crea