El traspaso de los subtes y el Premetro a la Ciudad de
Buenos Aires ha generado un contrapunto absurdo entre el gobierno porteño y el
de la Nación.
Que la Ciudad Autónoma maneje sus subterráneos es tan
lógico como que maneje a los policías que cuidan su distrito. El asunto aquí es
el de los recursos para el manejo de temas tan sensibles y tan cruciales para
cualquier gobierno.
Por esa razón, tratar esto a los apurones y más
discutido por los medios de comunicación que en las mesas de negociación es más
cercano a una insincera lucha política que a la verdadera búsqueda de la
solución de las cosas.
Desde los últimos discursos de la Presidenta de la
Nación surgió un mensaje de diálogo con los distintos sectores. En este asunto,
no se vislumbra esa actitud sino por el contrario, una artillería de chicanas,
como las emitidas por el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi , hacia
las autoridades macristas.
Sería mejor menos ruido y más hechos concretos por
parte de ambas administraciones.
Los ciudadanos,
agradecidos.