El detalle de los negocios, en el anotador con espiral. La
ex Presidenta cambió protagonistas pero la corrupción continuó. El crecimiento
de José López y los 200 millones de un secretario.
Néstor Carlos Kirchner murió el 27 de octubre de 2010. En el
país se realizaba el censo nacional y ese miércoles feriado terminó
transformándose en un día de conmoción nacional al conocerse el fallecimiento
del ex Presidente en la provincia de Santa Cruz..
El funeral fue largo, miles de personas se acercaron hasta
la Casa Rosada a despedir al ex jefe de Estado en el Salón de los Patriotas
Latinoamericanos, que fue habilitado como capilla ardiente. Cristina no se
separó ni un momento del féretro de su esposo.
Finalizadas las exequias, la Presidenta de la Nación se
recluyó hasta que habló por cadena nacional el 1 de noviembre de 2010 para
agradecer “esa inmensa y formidable muestra de cariño y de amor, que él se la
merecía”.
Luego de esa cadena, la Presidenta llamó a dos ministros.
Los recibió con el rostro cansado y con el maquillaje obviamente corrido por el
llanto. En sus manos descansaba un cuaderno.
Era un cuaderno marca Arte, con espiral, del que colgaba una
birome BIC. Cristina lo abrió y con la vista fija en una de las hojas,
preguntó: “¿Qué esto que dice acá de Planificación?”. Los fieles funcionarios
dijeron no tener idea de lo que les estaba preguntando.
Cristina corrió un montón de papeles que estaban metidos en
el cuaderno e inquirió, de nuevo: “¿Y esto que habla acá de Obras Públicas?”.
“Ni idea, Cristina”, respondió uno de los integrantes de su gabinete.
Ese Arte con espiral y una BIC enganchada era el cuaderno de
Néstor Kirchner. La Presidenta insistió, al correr más papeles que acompañaban
las anotaciones, de puño y letra de se ex esposo, quien hizo un culto de sus
anotaciones en cuadernos, método artesanal que lo alejaba de la posibilidad de
hackeos.: “¿Y esto que habla acá de ANSeS?”. Allí, el otro funcionario ensayó
una defensa de las medidas que se estaban tomando, en ese entonces, en la
Administración Nacional de la Seguridad Social.
Cristina los miró y lanzó el grito: “¡Acá se corta todo!”.
Así, la Presidenta daba la orden que jamás se cumplió, de
terminar con la corrupción de su administración. En ese momento se dio un
proceso de “DesNestorización”, que significó el alejamiento de las malas
compañías que, supuestamente, tenían que ver con los negocios. Pero perdieron
poder los De Vido o Rudy Ulloa pero no solo lo mantuvieron sino que lo ganaron,
los José López.
Esos mismos funcionarios que asistieron al cuestionario de
la Presidenta se hicieron eco, pocas horas después, de una leyenda que circuló
en el entorno mismo de Cristina: “El día de la muerte de Néstor, Daniel se
llevó 200 palos verdes”.
Daniel era Daniel Muñoz, histórico secretario del ex
Presidente, quien falleció el último 25 de mayo, mientras era investigado por
el caso de “Panamá Papers” y la llamada “ruta del dinero K”.
Tras el fallecimiento de Kirchner, Julio De Vido perdió
influencia en detrimento de José López, detenido días atrás con 9 millones de
dólares cash en un monasterio. Un dirigente peronista de la provincia de Buenos
Aires repasa así ese proceso: “Julio te llamaba y te preguntaba cuánto
necesitabas para la campaña. De lo que le decías, él te daba el 80% y te decía
‘Andá y hacé campaña’. Después vino López y eso se acabó; no te dieron un mango
más para las elecciones y encima, este botón te trataba con una soberbia.”,
lamenta el peronista conurbano, quien sabe que al ex ministro de Planificación
también lo aguarda un futuro dificil en la Justicia
Cristina había dado la orden de “¡Acá se corta todo!” pero
la matriz de la corrupción siguió, con actores renovados. Hoy, se encuentran
detenidos Lázaro Báez, Ricardo Jaime, José López y están procesados Ricardo
Echegaray, Amado Boudou, Guillermo Moreno, Aníbal Fernández, José Sbatella,
Alejandro Vanoli, Axel Kicillof y la propia ex Presidenta, en la causa del
“dólar futuro”.
Hoy, repasando el último suceso del secretario de Obras
Públicas de Cristina, arrojando bolsos en un convento en plena madrugada, un ex
funcionario señala: “Al final, Amado -al lado de éstos- era un motochorro”.
De todos modos, el vicepresidente Amado Boudou -elegido por
Cristina para ese rol- será uno de los próximos en protagonizar sucesos en los
tribunales federales de Comodoro Py, donde afronta causas por una compra de
autos de lujo en su paso por Economía, la compra de Ciccone por parte de sus
amigos y un auto con papeles truchos.