1.- Hace frío
Si te podés morir de frío acá, para qué vas a ir a morirte de frío a otro lado. No señor, no vale la pena. Si en la costa uno tiene frío en verano, imaginate en invierno. Ustedes pensarán "¿Y esquiar?" ¡Con el frío que hace! No, gracias. Si te querés hacer el deportista extremo, mejor sacate una foto arriba de la tabla de planchar, tira mucho jabón en polvo para que parezca nieve y subila a Facebook con la frase “haciendo snowboard en cerro bayo”.
2.- No hay plata
Si no hay plata para irse de vacaciones en el verano, menos va a haber en invierno. Con lo que cuesta llegar a fin de mes y encima pretenden que me vaya a esquiar a las leñas. Por lo menos en el verano uno puede recibir un regalo en Navidad, venderlo y hacer una diferencia para las vacaciones. Pero en invierno, ni eso.
3.- ¡¿Qué hacemo’ con lo pibe’?!
Durante las vacaciones los únicos privilegiados son los niños. Se convierten en pequeños satanes que acechan por todos lados y a toda hora. Como no tienen clases, se aburren fácil. Entonces los adultos tienen que armarle a la criatura una agenda de actividades que incluya obras de teatro infantiles, películas y parques de diversiones.
Yo que no soy madre, recomiendo hacerles creer a los chicos que hubo un ataque nuclear durante todas las vacaciones y que no se puede salir… (y esconder el control remoto para que no puedan poner canales de noticias, porque estos vienen cada vez más vivos desde chiquitos)
4.- Crónica TV no puede hacer de las suyas
Una placa roja que diga “Estalló el invierno”, no vende. En invierno no estalla nada! Pero más importante aún, ¿qué va a mostrar el notero baboso de Crónica en el invierno?. No puede ir a Parque Norte porque está cerrado. No les puede pasar bronceador por la espalda. Ni piropos puede tirar, si las chicas tienen tanta ropa que es lo mismo Elisa Carrió que Pampita. ¿Y el concurso de la cola del verano? ¿Con qué lo van a reemplazar, con el de la nariz más colorada por el frío?
5.- No son para adultos
Las vacaciones de invierno no existen. O porque no tenés – como la gran mayoría de la gente normal- ¡o porque no te las dan! Y te generan tanto odio. Porque para uno no existen, pero pareciera que todos las disfrutan. Dicen que hay alguien que conoce a alguien que tiene casa en San Martin de los Andes que va todos los años y la pasa bomba. Pero nadie lo vio.
