El Ministro de Seguridad bonaerense Carlos Stornelli denunció ante la Justicia un complot para desestabilizar al gobierno provincial.
Y vinculó los asesinatos de la arquitecta Renata Toscano, la maestra Sandra Almirón y la bioquímica Ana María Castro a este plan que incluiría a sectores de la policía bonaerense.
Este armado, compuesto por policías, ex policías y delincuentes, operaría en el Conurbano, intentando sembrar terror y una sensación de “tierra de nadie”, lo que afectaría al propio gobierno que encabeza Daniel Scioli.
Ahora, surgen varias dudas:
- el Ministerio de Seguridad cuenta con auditorías y controles internos del accionar policial: ¿allí no se detectó nada en todo este tiempo?
- El Juez Luis Arias denunció un año atrás que había connivencia entre policías y delincuentes. En ese momento, lo maltrataron y ningunearon. ¿Qué pasa hoy con esos dichos del magistrado de La Plata?
- Este jueves el propio Néstor Kirchner pidió en un acto, a metros de Daniel Scioli, que se tomen “decisiones políticas fuertes” con el tema de la Inseguridad.
La falta de solución está en que se está más atento a los dichos en los atriles y en los medios que en la implementación de políticas concretas. Y en sacar de los lugares de decisión a quienes conspiran contra la gestión.
Caso concreto: la inoperancia brutal en el caso Pomar, donde se subestimaron los llamados con información y se mintió o tergiversó sobre los rastrillajes en búsqueda de esa familia.
La gravedad del tema requiere de acciones políticas fuertes: para eso, se debe elegir gobernar.
Y no distraer el tiempo en candidaturas testimoniales o armados políticos que sirven de poca respuesta, para los problemas cotidianos de la gente.
Pablo de León