viernes, 13 de noviembre de 2009
LAS COSAS COMO SON Nº 109
Esta semana se han escuchado comentarios respecto de la presunta “desestabilización” que sufre el Gobierno Nacional, con el objetivo de impedirle finalizar su mandato a Cristina Fernández de Kirchner.
El propio jefe del bloque de Senadores oficialista, Miguel Ángel Pichetto señaló que hay “un odio visceral como en el año 55”.
Y Hugo Moyano se reunió con Luis D´Elía para organizar una movilización con el objetivo de defender al Gobierno, marcha que no se realizará por pedido expreso de la Presidenta. Sabia decisión, sin duda alguna de la Presidenta de la Nación.
Pero ¿cuáles son los hechos de “desestabilización” que ve el oficialismo?
- ¿las protestas de los trabajadores de los subtes?
- ¿las declaraciones de Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli o Susana Giménez, respecto del tema Inseguridad?
- ¿las movilizaciones de los trabajadores de Kraft o el acampe de los piqueteros en la Avenida 9 de Julio?
- ¿las declaraciones y acciones críticas de Elisa Carrió?
- ¿o algunos títulos o notas que salen en los diarios argentinos?
Si fuera alguno de estos –o todos estos hechos- los señalados, hay que decir que incurren en un grave error.
Por el contrario, nos animaríamos a decir que el rol de la Oposición en la Argentina está tan desdibujado que el Gobierno marca la agenda de la realidad con absoluta comodidad y sin oposición.
Ninguno de los hechos antes señalados, significa un acto de “desestabilización” ni de intención de no permitir que se cumpla el mandato constitucional.
Sí son reclamos –discutibles, debatibles- que suceden hoy en nuestro país y que el Gobierno debe tolerar: así es la Democracia y aquí denunciaríamos de inmediato, cualquier intención de querer impedir su normal desarrollo.
No se debe agitar con facilidad un fantasma que en nuestro país ya hemos dejado de lado, afortunadamente.
Y no por obra de la casualidad: sino por el compromiso y la elección cotidiana de la inmensa mayoría de los argentinos.
Pablo de León