Una semana atrás, Néstor Kirchner en el cierre de la campaña electoral en Catamarca, criticó el adelantamiento de los comicios en esa provincia, al preguntar desde un palco: “Por qué adelantan tanto las elecciones? ¿Qué le pasa a la burocracia política? ¿Tienen miedo de perder que separan las elecciones?".
A pocos días de ese cierre de campaña de elecciones que no ganó el Partido Justicialista, Néstor Kirchner decidió adelantar la fecha de los comicios nacionales de este año y establecer la misma fecha que eligiera Mauricio Macri para los legisladores de la ciudad de Buenos Aires.
¿Cuáles han sido las razones?
Desde las palabras de la Presidenta de la Nación, la crisis internacional –que para ella aún no llegó a la Argentina- no permite que se dilapiden esfuerzos y energías en tener elecciones en fechas distintas y que lo sensato es unificar en una sola jornada a todo el país.
Pero en las tertulias de Olivos, donde muy pocos tienen opinión sobre los grandes temas nacionales, hay convencimiento de que no hay oficialismo que llegue sano a Octubre.
Esa convicción también llegó a los oídos del Jefe de Gobierno porteño pero por parte de su asesor de imagen, Jaime Durán Barba. El desgaste político del fenomenal problema internacional no va a dejar bien parado a casi ningún administrador.
Pero todos estos cambios de fechas y de citas electorales demuestran no salir de un concienzudo análisis sobre cómo enfrentar la crisis, sino que surge de las necesidades electorales de cada sector.
Macri necesitaba ganar la elección en su ciudad, de la mano de la imagen positiva de Gabriela Michetti, y garantizarse número propio en la Legislatura porteña y no depender de negociaciones permanentes con otros bloques.
El Gobierno Nacional sabe de su desgaste, imagina que lo que resta para llegar a Octubre lo castigaría mucho más. Y ha decidido ya jugar en la Provincia de Buenos Aires a su máxima carta: Néstor Kirchner encabezará la lista de diputados nacionales acompañado de un apellido Scioli (concretamente José, el hermano del Gobernador).
La crisis con el campo –que ya imaginamos sin solución alguna- y el deterioro social han apremiado todas estas definiciones.
Pero las urgencias y los problemas actuales requieren medidas concretas, distintas e innovadoras. No solamente mirar encuestas, pensar en el daño al contrincante político y adecuar el discurso a la necesidad mezquinamente política.
Pablo de León