Ese sistema funcionó de manera excelente y por suerte, será utilizado en los próximos comicios porteños.
Ahora, es el sistema electoral nacional el que debe despojarse de mezquindados y comenzar a utilizarlo.
De ese modo, se gana en rapidez, transparencia y claridad. La avejentada clase política siempre le va a escapar a la renovación.
Por eso, el ejemplo del sistema que utiliza la Ciudad de Buenos Aires, así como la provincia de Salta, sería bueno de imitar a nivel nacional.
Ojala pronto suceda.