lunes, 30 de julio de 2012


La insólita decisión de las empresas eléctricas de cortar la luz en muchísimos ámbitos de la Ciudad de Buenos Aires muestra hasta dónde llega la absurda pelea del Gobierno nacional con el porteño.

La administración de Mauricio Macri debió ser más previsora con el asunto, pues sabe el alcance del enfrentamiento. La previsión es una de las capacidades que deben formar parte del bagaje de un funcionario.

El Obelisco tal vez haya sido el símbolo de este absurdo; pero otras dependencias han padecido de un modo más complicado para los habitantes de la Ciudad esa medida absolutamente teñida de política.

Los gobernantes deben dejar de lado terrenos de disputa donde se afecta la calidad de vida de las personas. Pero viendo que el conflicto es llevado a temas como hospitales, escuelas, recolección de basura y ahora, falta de energía eléctrica, nos obliga a reclamar mayor empeño en recorrer la vereda de la sensatez que la de la mezquindad oportunista.


Pablo de León