La
insólita decisión de las empresas eléctricas de cortar la luz en muchísimos
ámbitos de la Ciudad de Buenos Aires muestra hasta dónde llega la absurda pelea
del Gobierno nacional con el porteño.
La
administración de Mauricio Macri debió ser más previsora con el
asunto, pues sabe el alcance del enfrentamiento. La previsión es una de las
capacidades que deben formar parte del bagaje de un funcionario.
El Obelisco tal vez haya sido el símbolo de este absurdo; pero otras dependencias han padecido de un modo más complicado para los habitantes de la Ciudad esa medida absolutamente teñida de política.
Los
gobernantes deben dejar de lado terrenos de disputa donde se afecta la calidad
de vida de las personas. Pero viendo que el conflicto es llevado a temas como
hospitales, escuelas, recolección de basura y ahora, falta de energía
eléctrica, nos obliga a reclamar mayor empeño en recorrer la vereda de la
sensatez que la de la mezquindad oportunista.
Pablo de León