jueves, 29 de marzo de 2012


La discusión entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires sobre el traspaso de subtes y colectivos genera un problema grande a los vecinos y usuarios.

La Presidenta de la Nación ha elegido a Mauricio Macri de enemigo predilecto. Y todas las batallas que pueda librar contra él, serán festejadas en el oficialismo nacional.

El jefe comunal porteño, por otro lado, ha tenido idas y vueltas con el tema, cuando aceptó inicialmente el traspaso y luego, lo rechazó, argumentando la falta de los recursos necesarios para poder mantenerlos.

Cristina ha forzado una ley en el Congreso Nacional que no puede avanzar si no es con un correlato de la Legislatura porteña; si la Legislatura no lo aprueba, el traspaso no corresponde y no se puede efectuar.

El previsible final en la Justicia de este caso genera una discusión innecesaria, con un inicio ya contaminado en la urgencia de un traspaso, hecho entre apurones y urgencias políticas.

Los vecinos y usuarios una vez, quedan envueltos en disputas que no tienen nada que ver con sus deseos de vivir tranquilos y sueñan con dirigentes que apuesten al diálogo como modo de vida.


Por @pablodeleon1