1.- Traje con zapatillas
Fue en los ochentas que se puso de moda usar traje con remera –actividad espantosa como pocas. Viendo esto, a algún asqueroso se le ocurrió ir más allá con ese look “elegante-croto” y se chantó las zapatillas. Los patovicas de todos los boliches se juntaron para instaurar el “con zapatillas no pasás” y de paso, determinaron el número de trompadas que pueden propinar para sacar del boliche al que logró pasar con calzado deportivo.
2.- Comida con ajo y primera cita
Este punto no hace falta explicarlo mucho pero lo digo igual. Si estás por salir por primera vez con una señorita, ¡guarda con lo que comés! Porque de tanto pensar en comer livianito, con la esperanza de tener actividad sexual, los tipos comen cualquier cosa. O se excusan; usaron el diente impar del séptimo ajo de la riestra, y piensan que con eso basta para no dejar rastros.
3.- Cristina y Cobos
En principio la idea era un trío: la campaña decía bien clarito “Cristina, Cobos y vos”. Cristina y vos no se, pero Cristina con Julio Cesar Cleto fue un fracaso que todos pudimos comprobar. El que peor la pasa es él, porque en pleno conflicto los únicos que lo apoyaron fueron los del campo, y no tuvieron mejor idea que ponerle su nombre a un toro: un mostro de 1000 kilos que vive de comer de arriba y su opinión no cuenta para nada.
4.- Sandía con vino
El sabio que instaló el mito no hizo más que prevenirnos de una dupla que sólo es peligrosa porque queda fea. Quizás haya un registro de gente que se murió por probar la mezcla. Quizás haya un registro de gente que demostró científicamente que comerse un cacho de sandia y bajarlo con una copita no mata a nadies. La pregunta es ¿para qué probar?! En cualquier momento monto la campaña “milanesa con dulce de leche, te morís”.
5.- Susana Gimenez y un tipo al que no le interesa la plata
No me quiero meter en la vida personal de la diva, pero necesitaba un punto número 5. No importa cuánto se esfuerce en demostrar que lo importante es lo de adentro, la diva de los teléfonos elige muy mal a sus novios. Tipos que en principio parecen emprendedores, independientes, terminan siendo una pesadilla financiera para ella. Pero Su no pierde las esperanzas, se mantiene fuerte e intenta a finar la puntería: uno nunca sabe cuándo va a ser la próxima vez que revolee un cenicero por el aire.
Fue en los ochentas que se puso de moda usar traje con remera –actividad espantosa como pocas. Viendo esto, a algún asqueroso se le ocurrió ir más allá con ese look “elegante-croto” y se chantó las zapatillas. Los patovicas de todos los boliches se juntaron para instaurar el “con zapatillas no pasás” y de paso, determinaron el número de trompadas que pueden propinar para sacar del boliche al que logró pasar con calzado deportivo.
2.- Comida con ajo y primera cita
Este punto no hace falta explicarlo mucho pero lo digo igual. Si estás por salir por primera vez con una señorita, ¡guarda con lo que comés! Porque de tanto pensar en comer livianito, con la esperanza de tener actividad sexual, los tipos comen cualquier cosa. O se excusan; usaron el diente impar del séptimo ajo de la riestra, y piensan que con eso basta para no dejar rastros.
3.- Cristina y Cobos
En principio la idea era un trío: la campaña decía bien clarito “Cristina, Cobos y vos”. Cristina y vos no se, pero Cristina con Julio Cesar Cleto fue un fracaso que todos pudimos comprobar. El que peor la pasa es él, porque en pleno conflicto los únicos que lo apoyaron fueron los del campo, y no tuvieron mejor idea que ponerle su nombre a un toro: un mostro de 1000 kilos que vive de comer de arriba y su opinión no cuenta para nada.
4.- Sandía con vino
El sabio que instaló el mito no hizo más que prevenirnos de una dupla que sólo es peligrosa porque queda fea. Quizás haya un registro de gente que se murió por probar la mezcla. Quizás haya un registro de gente que demostró científicamente que comerse un cacho de sandia y bajarlo con una copita no mata a nadies. La pregunta es ¿para qué probar?! En cualquier momento monto la campaña “milanesa con dulce de leche, te morís”.
5.- Susana Gimenez y un tipo al que no le interesa la plata
No me quiero meter en la vida personal de la diva, pero necesitaba un punto número 5. No importa cuánto se esfuerce en demostrar que lo importante es lo de adentro, la diva de los teléfonos elige muy mal a sus novios. Tipos que en principio parecen emprendedores, independientes, terminan siendo una pesadilla financiera para ella. Pero Su no pierde las esperanzas, se mantiene fuerte e intenta a finar la puntería: uno nunca sabe cuándo va a ser la próxima vez que revolee un cenicero por el aire.